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¿Aún no conoces la marcha nórdica?

Descubrí la marcha nórdica hace unos años, cuando iba de senderismo solía llevar un bastón para apoyarme en los tramos más complicados, pero eso no tenía nada que ver con la marcha nórdica.

Años atrás un amigo que se propuso perder más de 40 kilos (y los perdió con dieta y ejercicio claro) ya me habló de esta modalidad, pero yo no hice mucho caso a esta técnica, hasta que un grupo de amigos se iniciaron en la práctica.

Estaban muy entusiasmados, muchos de ellos eran personas que nunca antes habían realizado ejercicio de forma asidua, se veían más ágiles, con mucho entusiasmo, y esto me llamó la atención, así que fui con una amiga a buscar un par de bastones para comenzar a caminar según las indicaciones de la marcha nórdica.

Comenzamos a practicar y nos gustó…

¿Por qué es tan beneficiosa la marcha nórdica?

Lo bueno de andar con bastones es que se potencian los beneficios al caminar.

El impulso al apoyar el bastón en el suelo hace que el paso sea más extenso, más abierto, mantiene el tronco erguido, el ritmo cardíaco es más intenso y la coordinación que llevan los brazos con los bastones crea una sincronicidad al caminar entre brazos, caderas y piernas.

El cuerpo trabaja mucho más intenso con los bastones que sin ellos.

Tras una caminata de marcha nórdica te sientes con mejor tono muscular, mayor capacidad torácica a la hora de respirar, con más agilidad y con una postura corporal más erguida.

¿Para quién es ideal ésta práctica?

Cualquier persona a la que le guste caminar puede iniciarse en la marcha nórdica.

Caminar con bastones beneficiará de forma significativa a las personas que tienen algún problema de coordinación en su aparato locomotor.

Lo bueno de la marcha nórdica es que estás haciendo deporte al aire libre, es una buena forma de comenzar a practicar ejercicio, puedes realizarlo de forma individual o buscar algún grupo con un monitor, y además de practicar ejercicio también estarás ampliando tu circulo social.